El fuego de Leo

El fuego es el elemento de la constelación de Leo. Tal como su nombre lo dice, es elemental para el signo zodiacal. Sin el fuego, el horóscopo no puede dar a sus protegidos las cualidades que les corresponden, y las que puedan portar orgullosamente en su espíritu y energía.

El fuego consiste en sacar a relucir la energía de cada persona que lo posea. Convierte un leño en calor y luz. Así, permite a cualquiera nacido bajo Leo expresar y sacar su energía interna. Deslumbrar al mundo con lo que su espíritu tiene para ofrecer. Sin éste, el potencial y las intenciones de las personas permanecerían ocultas y sin usarse, siendo después descartadas y olvidadas en el tiempo.

Se tiene que hacer uso de esta energía para poder demostrar de lo que somos capaces. Creación, protección, seguridad, calidez; son los elementos positivos que el horóscopo de Leo toma de su elemento. Desde el inicio de los tiempos hemos necesitado estas características, estas fuerzas de la naturaleza para poder prosperar y tener éxito en el mundo.

En la actualidad no es diferente. Necesitamos de la creación y la seguridad para poder salir adelante, para crear un futuro tan brillante como la llama del sol, no solo para nosotros mismos, sino para nuestros seres queridos, nuestro prójimo y todo el mundo. El cambio positivo, la transformación de posibilidades en hechos y nuevas realidades. El fuego de Leo domina en estos principios.

Al igual que el calor de las llamas, la energía de Leo se puede sentir aun cuando no se ve. Esas situaciones en que una persona nos hace sentir mejor solo con estar cerca de nosotros, esa sensación de querer ser mejor porque su energía, su forma de ser, crea algo en nosotros que nos dice que vivamos a todo nuestro potencial, que demos el cien por ciento de lo que podemos dar; esa es la energía de Leo, su fuego cálido que nos transforma desde dentro, la energía que hace explotar todas nuestras habilidades y nuestros valores.

Es un fuego que debemos cuidar y mantener siempre vivo, alimentarlo diariamente para que no se apague y caigamos en el frío, la desolación y la tristeza. Cuidar esta fuerza de creación nos permitirá evitar la soledad y depresión. Cada vez que creamos algo nuevo, que aprendemos aquello que nos era desconocido, que dominamos una nueva habilidad, que superamos nuestro miedo; ese es el alimento que el fuego interno nos pide. Y a cambio nos devuelve mucho más. Alimenta al fuego con nuevas experiencias y el mismo te dará el impulso para seguir adelante y no detenerte.

Esta es la energía tan positiva que puede llegar a parecer magia ante aquellos que no están acostumbrados a experimentarla, pero que cuando la sienten no quieren dejarla ir. Se aferran y la aprecian porque los hace ser mejor cada día. El signo del zodiaco da a Leo la posibilidad de tener dentro de él este fuego que puede esparcir a sus prójimos y enseñarles a mantenerlo y dejar que se envuelvan en su calidez para poder crear una persona siempre mejor.

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