La constelación de Leo es aquella que da a todas las personas, especialmente a los nacidos cuando el planeta se encontraba más cerca de la constelación, la energía de la valentía. Es por esta energía que la constelación toma la forma de un valiente león y la historia cuenta relatos mitológicos del gran león de Nemea. Pero hay que entender lo que es el valor ya que es muy común que solo veamos una cara de él y, al no conocer el resto de la forma de la energía, no lo podemos recibir de forma apropiada.
Imagina un objeto común como un billete. Este tiene dos lados, cada uno con similitudes entre ellos pero también muchas diferencias. Si durante la vida solo hubiésemos visto un lado del billete, sería lo único que conoceríamos y jamás conoceríamos el otro lado, por lo que si alguna vez viésemos un billete del lado opuesto, no sabríamos qué es y no lo tomaríamos. Ocurre lo mismo con la energía que nos envía Leo, las personas usualmente solo conocen el lado de la valentía y el rugido, pero cuando recibimos la energía, nos llega completa, con todas las partes incluso la que no conocíamos, por lo que no la tomamos ya que creemos que es energía falsa o simplemente diferente a la que queremos.
Debemos aprender todas las facetas de la energía de la valentía que Leo nos otorga. Es una fuerza que hace rugir al león ante sus enemigos con una fiereza tan grande que hace temblar a aquellos que lo escuchan a kilómetros a la redonda. Esta es la máxima demostración de la valentía del signo del león, pero al igual que una torre, para poder llegar a la parte más alta, debemos pasar por muchas bases y caminos que la levantan.
La valentía de Leo no es solo el rugido que se pinta sino la fuerza constante que nos otorga para todos los aspectos de nuestra vida. La constelación del león nos da energía en forma de constancia, de disciplina, de paciencia y, sobre todo, de aceptación.
La forma más potente de valentía y la más desapercibida es la aceptación. Aceptarte a ti mismo y a los demás. Aceptar la realidad, aceptar tus capacidades, aceptar lo que no puedes cambiar, pero especialmente, aceptar lo que sí puedes cambiar y lo que necesitarás para hacerlo. Esas son las bases de la valentía. Una vez que puedes ver que la energía de la valentía tiene sus fundamentos en estas características, verás que son los primeros escalones para poder llegar a la demostración más impresionante y conocida de la valentía, ese rugido de león que intimida esta al final de las escaleras compuestas con aceptación, determinación, constancia y disciplina, escalones silenciosos que no tienen un sonido como un rugido, pero que sin ellos no podría rugir el león.
Encuentra esta valentía todos los días, úsala y acéptala dentro de ti; comienza a construir esa torre que tendrá en la cúspide un león majestuoso rugiendo a su entorno.